Fuente: Movimiento Juntos por la Niñez Chile
Una amiga me comentaba que estaba en una tienda lista para comprar ropa interior para su nietita de escasos 5 años. Ella esperaba que la vendedora le mostrara la típica ropa interior que normalmente se compra, para niña, con muñequitos y florecitas; en su lugar la dependiente le mostró una diminuta prenda que parecía más para ¡una modelo de pasarela!
Actualmente las vitrinas o escaparates de tiendas para las niñas exhiben ropas con frases insinuantes, jeans a la cadera, minifaldas, zapatitos de tacón, blusas cortas y un sinnúmero de prendas, que difícilmente consideraríamos conveniente para una adulta, pero es impensable en una niña.
Nuestra niñez es víctima del acelerado proceso de las etapas de su desarrollo. Esto se refleja no solo en el vestuario, sino en las dietas, los temas de conversación y la forma en que ellas se entretienen, quienes se están brincando, una a una las bellas etapas que, si bien es cierto, tienen que vivirlas, pero la presión de la sociedad, las está llevando a pasarlas por alto.
Esta erotización a través de los juguetes, vestuario, publicidad es una influencia insidiosa, porque se va insertando en las vidas de manera casi de forma imperceptible. A las niñas se les insta a disfrazarse de pequeñas mujeres, y que actúen de manera muy sensual; y eso es motivo de orgullo para los adultos.
El bombardeo de la sociedad.
Usted recordara que antes los concursos de los niños y niñas cantaban, bailaban o recitaban en contextos y con vestuarios pertinentes para su edad. Hoy los certámenes de belleza, principalmente para niñas, tienen otra connotación, donde bailan y desfilan imitando a las adultas. Pero lo cierto es que “este tipo de concurso desvirtúa la verdadera belleza infantil”, según declara la psicóloga Laura Ávila, para Eco Católico.
Una niña que imita bailes provocativos no lo hace con intención erótica, no obstante, si se expone constantemente a este tipo de estímulos, comienza a desarrollar movimientos en un baile y posteriormente, los incorpora como parte de su conducta natural. Entonces, aprende que en la medida en que se expresa erotizadamente recibe atención y aprobación, y una pequeña compensada por su conducta sexual crece aprendiendo que comportarse o moverse de una determinada manera puede ser una herramienta en su vida...
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