Los profesores, los maestros están en la palestra. La Evaluación Docente no les ha sido propicia, tan poco propicia como el Simce lo ha sido a sus alumnos. Esto a nivel general. En lo particular, por referencia o en los noticieros, vemos a profesores agredidos, criticados violentamente, despreciados. No son respetados ni por los educandos, ni por los apoderados ni por la comunidad. Sin embargo se les hace responsables del bajo rendimiento académico de los niños de Chile. La ultima Evaluación Docente nos dice que el 70% de los profesores que trabajan en colegios de nivel socioeconómico bajo califican como competentes o destacados. Me referiré solo a este sector puesto que en World Vision es el que más conocemos y es aquel en que viven los niños con los que trabajamos.
Quiero hacer aquí una reflexión sobre los profesores con los que nos encontramos en nuestra experiencia diaria. Y deseo afirmar que sí, en Chile no tendremos un cuerpo docente comparable con el de Finlandia pero que sí existen profesores – y muchos – que dan lo mejor de sí para ayudar a los niños de sectores marginales de nuestro país, para darles las capacidades que les permitirán acceder a un trabajo digno, sea este dependiente o independiente, para seguir estudios superiores, para cortar el circulo vicioso de la pobreza. Y lo que no está en ningún programa de estudio, también lo dan: el ejemplo. De abnegación, de valores sólidos, de voluntad inquebrantable. Ellos no hacen desarrollo, hacen patria. En nuestro Chile inequitativo están en la frontera de dos mundos, en los barrios marginales de las grandes ciudades, en los remotos confines de los campos, siempre presentes, llevando adelante la sublime tarea de moldear vidas jóvenes. Se dan a sí mismos, a su vida, caminando bajo la lluvia durante largas horas para llegar a una sala de clases lejana o aislándose en algún pequeño pueblo del desierto nortino. Conocí a una profesora diferencial que en el fondo cordillerano de una provincia se ocupa de niños autistas. Sola ella. Con un sueldo irrisorio. Los niños, de familias paupérrimas, llenos de necesidades materiales no satisfechas. Y la profesora, tan pobre como sus alumnos, ideaba pequeños negocios para, con sus ganancias, poder ofrecer un chaleco a uno, un paquete de mercaderías a otro, o un remedio que hacía falta a un tercero. Son estos los profesores que construyen y hacen grande a un país y a un pueblo. Y es con ellos que World Vision inicia este año una nueva modalidad de trabajo, de capacidades para la vida.
Elza Fagundes: Directora Nacional World Visión Chile.
Nota extraida de: http://www.worldvision.cl/la-dificil-medida/
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